"" el ojo heterotópico: Los ríos van a dar a los ríos

sábado, 2 de marzo de 2013

Los ríos van a dar a los ríos




Que nadie me proponga tener que elegir un espacio determinado de una corriente fluvial. Un espacio que es también un tiempo insustituible. Cada parte de su curso tiene vida propia y todas me cautivan. El agua que traslada no es un sistema único. Genera varios. Comparas la fontana tenue donde nace con la acumulación de la corriente a medida que el río continua o con la entrega definitiva a otro río o al mar y te parece que son ríos dentro del río. Nombrado con un solo nombre por aquello de que los humanos necesitan entenderse en los usos que extrae e la naturaleza, sin embargo el río es una pluralidad de vidas. Un río tiene mil caras en su propia afluencia, independientemente de que pueda recibir otras corrientes. Y esos mil rostros que son otros tantos paisajes son también formas, fuerzas, cadencias y ritmos. Un río es una consonancia que arrastra también nuestros sentidos. Porque los ríos existen antes de que esta especie nuestra tratara de apropiarse de ellos.





Sobre los ríos se puede hablar algo, pero lo justo. Hay que ir a ellos y exponer los sentidos para percibir. Simplemente. Todo habla en ellos a nuestra curiosidad y potencia nuestra admiración. Ellos condicionan el entorno por donde caminamos, las vegas que se cultivan, las sinuosidades del terreno al que se adaptan. Una desembocadura nunca es una muerte. El río nace en...pasa por...y muere en...era una vieja cancioncilla escolar que, sin que nos diéramos cuenta, hablaba sobre todo de dinámica, de movimiento, de transcurso. Símbolo perenne de la vida que no cesa lo es también del crecimiento y la regeneración. Un río nunca muere. Simplemente, se prolonga más allá.




En estas fotografías se ve la desembocadura en el río Pisuerga de un río modesto, el Esgueva, que antiguamente transcurría por Valladolid dividido en dos ramales que prácticamente abrazaban la ciudad. Solo en el siglo XIX se decidió desviar su curso por el extrarradio y convocar su desembocadura en un único punto en la zona norte de la ciudad. No obstante esta forzada y artifical caída de un río en otro no resta belleza al ecosistema que se ha generado allí.

La licencia tan alegórica y evocadora como tópica de Jorge Manrique en sus Coplas: Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar...queda congelada por mi parte ante la contemplación del espacio y del tiempo en sí mismos. No tengo mayor interés en saber a dónde van a dar nuestras vidas, precisamente por eso, porque no van a ninguna parte más allá de su curso.









14 comentarios:

  1. Aunque a un río, tristemente, sí se lo puede matar... Abrazos.

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    1. Envenenándolo, naturalmente, también los océanos. Así está todo. Abrazo.

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  2. Se entregan los ríos generosos, se funden en el mar o se abrazan a otro, cantan o susurran,nunca vemos la misma agua en el mismo río.
    Besitos

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    1. ¿Y su rumor? ¿Es el mismo su sonido o traza nuevos arpegios? La fuerza del agua. Saludos.

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  3. Preciosas fotos y muy buena reflexión sobre los ríos. Pienso que tienen una magia especial, el rumor de la corriente, un espejo del paissaje...
    Son un pequeño tesoro que hay que cuidar. Recuerdo una vez que fui hasta el nacimiento del Pisuerga; una pequeña fuente , que encuentra pequeños amigos y prosiguen juntos el camino.
    Y por no seguir ningún tópico...

    Acostado en un mar de decepciones, donde el viento me susurra en el oído que no me rinda y el cielo me plasma una imagen de lo pequeño que fui y me convence de lo grande que puedo ser.
    Joseluis Ríos Rivera

    Feliz semana.

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    1. Y tienen también algo de fenómeno misterioso, de símbolo del transcurso de la historia y de las civilizaciones. La cita de Ríos Rivera es alentadora y desentraña la sustancia de la que los hombres estamos hechos. Tal vez los ríos nos enseñan todavía tanto...

      Gracias por parar aquí.

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  4. Increíble las fotos y buenísimo el blog.
    Un abrazo desde Londres.
    Sergio.

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    1. Gracias por parar aquí, Sergio. Importante ampliar nuestras miradas.

      Un abrazo.

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  5. Tengo especial apego al mar, pero he de reconocer que tu canto a los ríos y las bellisimas fotografías que expones me despiertan los mismos sentimientos que las olas del mar Cantábrico, que son para mi todo un espectáculo.

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    1. Uno se conforma con lo que tiene cerca. Los ríos son un lujo. Entrar en competir sobre paisajes es lo más necio que puede existir. Lo digo porque hay gente que exalta lo que conoce y desprecia lo que no. Creo que el ser humano debe reconocer y respetar cada paisaje como cada palmo de su cuerpo. Hablar de belleza estética en el paisaje es aplicable a todos y cada uno. Como pasa con las ciudades. La gente debería ver toda clase de paisajes. Incluso en todas las estaciones del año. A veces te llama aquello de lo que careces (a los de la meseta o en general a los de interior el mar nos obsesiona) pero lo que tienes cerca hay que valorarlo y disfrutarlo. Si la barbarie inmobiliaria lo permite, naturalmente.

      Si el post te ha transmitido lo que dices, para mí es una satisfacción. Bienvenida.

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  6. "Nadie se baña dos veces en el mismo río" reza el dicho. Interesantes alegorías la de Manrique y la tuya.
    "No tengo mayor interés en saber a dónde van a dar nuestras vidas, precisamente por eso, porque no van a ninguna parte más allá de su curso." Es muy probable, pero yo espero que no sea así.
    Un abrazo

    PD: muy buenas fotos

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    1. Heráclito era muy observador (la frase que citas) Se ve que los ríos han inspirado e invitado a la reflexión a los humanos. El río separa la vida de la muerte, recuerda.

      Gracias por pasar. Un abrazo.

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  7. Ha sido muy grato recorrer estos ríos -tanto los de las fotos como el de tus palabras.

    Saludos desde el sur.

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    1. No son ríos como el Paraná, por ejemplo, pero son curso y agua. Dinámica y sustancia.

      Saludos dese la estepa.

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