Leo en Antonio Machado lo siguiente: “Antes de escribir un poema -decía Mairena a sus alumnos- conviene imaginar el poeta capaz de escribirlo. Terminada nuestra labor, podemos conservar el poeta con su poema, o prescindir del poeta -como suele hacerse- y publicar el poema; o bien tirar el poema al cesto de los papeles y quedarnos con el poeta, o, por último, quedarnos sin ninguno de los dos, conservando siempre al hombre imaginativo para nuestras experiencias poéticas”.
En este sentido, a la autora del libro “El amor es y doce poemas rezagados” ¿le cuesta tomar una decisión? ¿O bien, Mercedes, te sientes reflejada en todas las situaciones que cita el maestro?
Siento que es una manera muy cercana de explicar el proceso. En mi caso no dudo en escribir, porque si lo hiciera rompería con el "hilo" que me conecta a ese poeta imaginario y creado para hablar de dentro a afuera.
Ser publicada en la editorial Tansonville, de Eduardo Fraile, es como entrar en un Olimpo de las ediciones. Un lujo sensitivo para una colección de libros artesanales y a la vez de calidad elevada. ¿Qué impresión te ha producido este acontecimiento?
Entrar con mi poemario y dibujos en la Editorial Tansonville ha sido una experiencia maravillosa, pues con Eduardo Fraile confío para lo que sea, ya que él, como buen editor y poeta, visualiza el libro antes y lo hace nacer. No lo transforma, lo enriquece. A todo el mundo le ha gustado el resultado de la colaboración.
Tu doble faceta de mujer que dibuja y mujer que escribe convierte al libro en un libro iluminado que obliga a detenerse dos veces. Yo mismo me he quedado absorto abriendo una de sus páginas para centrarme en la ilustración y dejar de lado el poema. Al añadir esa parte gráfica, ¿no estás poetizando de manera multiplicada? ¿Has concebido los dibujos expresamente para la edición?
Sí, por supuesto, cuando escribo, paralelamente me surgen casas, árboles, mujeres, desnudez, caras... Todo es lo mismo, uno es el motor de lo otro y viceversa. Lo que no acabo de conectar es con la música, eso va por otro camino. Para la edición siempre he querido dibujos y he tenido la suerte de que Eduardo Fraile me quisiera aconsejar con su experiencia.
Insisto en los expresivos dibujos del libro, porque me parecen dignos de valorarlos. He jugado al juego de ocultar el texto del poema y he mirado solamente la mujer que salta, que lee, que contempla una flor, que se atusa los cabellos, que se estira, que se acaricia o que protege su vientre…Un deleite.
Gracias, estas chicas son una parte y creo que son más emotivas por lo de vivir el amor.
Antes de hablar de tus escrituras háblame del resto de tu tarea figurativa o, en general, de otras creaciones plásticas que hayas realizado hasta el momento. ¿Hay un hilo conductor oculto entre las dos expresiones? ¿Dónde se produce el cruce, el encuentro, entre ambos lenguajes?
Es tarea solitaria, un estar, pasar rato conmigo y después creo y destruyo, destruyo y a lo mejor ya no se puede recuperar. Considero que el collage es un lenguaje ideal para mí, el caos y el orden puestos en el mismo plano, los mundos mezclados, las posibilidades infinitas...
Los treinta y cinco poemas que forman El amor es ¿configuran un corpus único y los Doce poemas rezagados son, como su nombre indica, algo que llega después pero que no tiene unidad con los anteriores?
El amor es está escrito entre los años 2005 y 2011, periodo en el que estuve viviendo en Barcelona. Se reflejan diferentes momentos pero juntos guardan una búsqueda, una huída al refugio donde es posible el amor. Momentos felices e infelices. Los Doce poemas rezagados forman parte de esa época, pero los he aislado porque pertenecen a un trabajo de colaboración con la pintora Cristina Pérez, donde ella ponía un cuadro y yo, inspirándome en él, ponía el poema.
El título El amor es ¿oculta unos puntos suspensivos o simplemente pretende hacer obvia una existencia cuya temporalidad lo va dejando en evidencia?
"El amor es.", con punto. No es intento de definición, es una autoafirmación del amor mismo, que se defiende él y que no hay más que eso.
Has dedicado el libro al Sol, la Luna y las estrellas, lo que me ha parecido no solo ingenioso y muy bonito sino sumamente animista. ¿Acaso con esta dedicatoria no estás anunciando al lector que se va a encontrar con una poesía muy intimista que aun siendo obviamente humana no parece del todo terrenal?
Con esta dedicatoria he querido hacer un "guiño" al amor lírico, un poco polvoriento, hablar del sueño de amor, de lo imposible...
Dice el autor Kepa Murua que el poeta que no escribe escuchando su voz es un hombre acabado. Cuando leía tus poemas he pensado que no es tu caso, que tus poemas son resultado de voces interiores, manifestadas en distintos tiempos, sugeridas por diversas circunstancias, atosigadas incluso por pulsiones que nunca resuelves con angustia, pero sí en ocasiones con desdén.
Es verdad, cuando he dicho a veces que la poesía tiene algo de terapéutica, es porque intento dar sentido a mi interior, viene de una voz que sé que es mía, pero que a veces ni me reconozco. Yo he de seguir la voz y saber qué quiero decir-me. Por supuesto, surgen dificultades porque hay momentos en los que expresar de adentro a afuera, de manera que todo quede en esencia igual, y a la vez entendible, es una aventura y un proceso hasta doloroso. Se intenta resolver como se puede.
¿Qué verdad encuentras en la poesía? ¿Qué verdad pones tú en lo que escribes? Como se trata de una expresión tan diferente e incluso opuesta a todas las demás expresiones…
Siempre busco la verdad, la sentida. Cuando leo al poeta Rumí dice verdades que puedo entender al instante, otras veces solamente conmigo misma, estoy observando, buscando.
La poesía suele chocar con una escasa predisposición de los presuntos lectores. Hablo en general. Naturalmente se ha hecho poesía de muchos tipos, pero no la más explícita y racionalista, digamos, tiene que ser la mejor. Me gusta tal como lo haces tú: que cuentes de lo mínimo y sugieras, que exhales pensamientos y los dejes flotar, que no caigas en las tentaciones que caen otros de aseverar con tonos ásperos y concluyentes, como si más que poesía fuera una cierta especie de moral.
Lo creo también. A mí me impresionó la poetisa Alejandra Pizarnik, cuando leí "Extracción de la Piedra de la locura", porque decía: "Pero no hables de los jardines, no hables de la luna, no hables de la rosa, no hables del mar. Habla de lo que sabes. Habla de lo que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu mirada, habla del dolor incesante de tus huesos, habla del vértigo, habla de tu respiración, de tu desolación, de tu traición".
Eso intento yo, son intentos difíciles de sentir y reflejar lo que sientes desde la más absoluta simplicidad, rozando la abstracción.
Soy de la opinión de que también hay que escuchar el silencio. En un mundo cotidiano en el que el ruido externo de las palabras intenta desviar nuestra atención y puede insinuar malas escrituras, ¿qué valor concedes al silencio? Pienso en el bombardeo de los medios de comunicación y publicitarios que nos alejan de nuestro ser interior y por otra parte pienso en ese instante en que somos capaces de escribir un poema como si estuviéramos en otro mundo, no sé si en el vacío o en lo más profundo de nuestra propia cueva.
Como he dicho anteriormente, el silencio es espacio de creación, donde empieza todo. El lugar de descanso después de vivir con lo cotidiano del día a día. Se podría pensar que se parece al momento anterior de dormir, a esa oscuridad. Con lo profundo de la cueva a la que te refieres, lo describes también. Una vez, probé escribir en una discoteca, se puede hacer, pero es algo doloroso la disociación, el tener al final la necesidad de aislarte. Es algo disociado y acababas llamando la atención, sentada en la escalera con un papel.
Es probable que con la poesía lo que pretendes es interpretar no ya tanto el mundo como el vínculo entre el mundo y tú misma. Claro que lo que verdaderamente puede importar al escribir poesía es ser receptivo, percibir motivaciones, traducirlas de modo reflejo en sensaciones, aunque un tanto a la contra. La poesía ¿es para ti un antídoto de lo racional, de lo que no entendemos pero que nos afecta? ¿Se trata de una descripción de la manifestación de los sentidos, de la admiración por lo intocable e incluso lo inalcanzable?
Es difícil encontrar un equilibrio. La poesía la necesito para ordenar y para ello aplico una parte racional; de lo contrario, sería algo incompleto. Alguna vez he dicho que es terapéutico, un entender el mundo ya desde una cierta distancia segura, viéndome en él a través de las palabras y donde los sentidos son instrumentos que me ayudan a filtrar todas las emociones.
O acaso se trata de que la poesía interviene en un plano de subversión expresiva más que de interpretación. De que subvierte la visión ordinaria del orden lineal que se nos propone y se nos impone cada día. ¿Por eso tiene tanta relación y tal vez connivencia con el mundo onírico, con el de los deseos y con la naturaleza más elemental?
Siempre he vivido lo onírico como una verdad, el contar pequeñas historias, a través de las metáforas, es lo mejor para expresarse. Siempre he admirado “Un perro andaluz" de salvador Dalí y Buñuel, porque es una obra mágica. No sé si te he contestado con esto.
Hay quien considera que la poesía no sirve para nada. Aún el otro día oí responder a un político, supuestamente progresista, a otro al que pedía explicaciones que lo que proponía éste era poesía. Utilizaba esa expresión para descalificar lo que hiciera o propusiera el político interpelado. Me pareció lamentable, aunque supongo que aquí el sensible era yo, y que la mayoría de los que escucharan la expresión no le concederían mayor importancia. Sin embargo algo debe tener que no tienen otras facetas expresivas…
Lo malo de la política es que están locos y no lo saben (risas) Me refiero a que no parecen reflexionar. La poesía tiene fama de irracional, incomprensible pero no pueden estar más equivocados. La poesía se da el lujo de tener una voz propia, solo hace falta tener la calma para poder leerla, y sentir.
¿Cómo es la Mercedes Parada en su rol de lectora de poesía? Qué buscas, que exiges, qué te asombra.
Reconozco que tengo que leer más, yo me considero buscadora y tengo la suerte de estar encontrando maravillosas personas que escriben poemas. Creo que la poesía se completa si conoces al autor, y eso no tiene precio. De los que ya no puedo conocer, imagino cómo serían, buscando en su biografía cosas. A veces, leyendo a otros me hago pequeña y me dejo llevar como una niña que ve magia porque se la cree.
Algunos poemas de El amor es y doce poemas rezagados, de Mercedes Parada.
En mi noche vivo y despierto
porque me ahogan
las largas conversaciones
con los inventados,
que iluminan la oscura cama.
Soñar es estar loco,
y al despertar,
tocas tu cordura,
como si volviera a pertenecerte.
*
Soy una máquina de tragar,
chupar, morder, oler, engullir,
aplastar, desmembrar.
Arranco la cabeza de los hombres
y los soborno con besos.
Vuelvo a chupar del vaso
y de tu lengua.
Límpiame la boca con la servilleta
y dime que me siente bien en la silla.
Si me peinas me harás feliz,
y si me atiborras a palabras,
me harás crecer, verde y alta.
Me pongo aros de plástico rojo,
me vistes con vestidito de cristal
y es hermoso;
para sentarme, para comer,
ser una señorita
y salir al mundo.
*
La memoria agujereada
deja que coma de ella
hasta llegar al hueso.
Aún no he comido suficiente.
Es líquida
y puedo beber
hasta acabar informe,
ahogada y fea.
Puedo hacerte feliz,
darte flores que salgan de mi pecho,
porque quiero recogerme
el pelo
y jurarte un amor.
*
Llueve por la mañana,
y soy feliz sin pensamientos.
Como y tomo, camino y
camino,
y soy feliz son pensamientos.
Abro la cara, cierro
la boca, abro las manos,
cierro las piernas,
abro las piernas.
Y son feliz sin pensamientos.
Subo a un ten y dejo que me
lleve, pero me lleva
hasta donde puedo pagar.
Salgo y respiro,
miro y no veo nada,
y soy feliz sin pensamientos.
*
Es la desidia
arma incompleta.
Me hago y no me muestro,
me pierdo dentro, y no salgo fuera.
*
Un ojo,
una estrella,
un espejo manchado
y dentro de esta mancha
un corazón.
El corazón tiene varias puertas
y varias ventanas.
Humo.
Un nido en tu cabeza,
tu cabeza unida al aire,
y tu boca secreta
se abre y se cierra
alrededor de la palma
de mi mano.
Está el anzuelo
a punto de recogerte
el cabello,
es una horquilla sabia.
En esta alfombra líquida,
veo a la luna y a su hermana,
tiene que peinarla cada mañana
con un peine mojado en leche.